
En pleno centro de la República Argentina
se encuentra una de las provincias más visitadas por el turismo, tanto nacional
como internacional. Nos referimos a la hermosa y mediterránea provincia de
Córdoba, la segunda en importancia luego de la capital por su tamaño y por la
cantidad de personas que viven en ella.
Desde tiempos remotos
la provincia ha sido asociada con la naturaleza y con una forma más sana de
vivir puesto que se solía enviar hasta las sierras cordobesas a aquellas personas
con enfermedades respiratorias que necesitaban ambientes con aire más puro,
algo que reinaba por demás en esas zonas.
Desde allí en
adelante las personas de otras partes del mundo han llegado hasta Córdoba como
quien busca un paraíso perdido, especialmente quienes huyen de la voracidad que la Postmodernidad
impone e los ritmos vertiginosos de producción y consumo. Incluso hay quienes
directamente se dirigen a las Sierras sin considerar la posibilidad de vivir en
la capital cordobesa que día a día crece más en tamaño y población gracias a
numerosos prendimientos de tipo inmobiliario.
Pero el pasar por la
capital es siempre necesario y cada tanto llegan hasta la ciudad de Córdoba. En
esos momentos coinciden con los demás habitantes, con estudiantes de otras provincias
y nativos de la ciudad, con personas que llegan desde lugares remotos del
globo, en un paseo que es uno de los más hermosos y simpáticos de todos los
posibles recorridos turísticos en la capital: el Paseo de las Artes.
Situado en el barrio Güemes entre las calles Belgrano, Marcelo T. de Alvear y Achaval Rodríguez,
la manzana que se conoce como el Paseo de las Artes ha sabido no solamente
permanecer como un atractivo en Córdoba sino también expandirse mucho más allá
de su propio reinado, acaparando calles paralelas en las que los artesanos y
pequeños productores ocupan pequeños espacios a modo de mesas donde ofrecer lo
que realizan.
La manzana
tradicional ocupa unas estructuras de un mítico color rosa viejo en las que se
suceden los puestos de los más diversos intereses y vemos ante nuestros ojos la
elaboración artesanal de calzados y cintos en cuero, mates en madera, calabaza,
palo santo y aluminio, indumentaria de los más diferentes estilos dedicada a
recién nacidos en adelante, postres y panes, cuchillos, utensilios de madera
para la cocina, adornos que recorren una gran gama de propuestas estéticas que
van desde el fileteado porteño hasta la cartapesta, pasando por el crochet y el
trenzado en mimbre.
Como vemos las
opciones son lo que sobran en este paseo que es uno de los atractivos en
Cordoba que nos asegura una jornada más que agradable en nuestra visita, sea
fugaz o más larga, a la capital de la provincia.
Quienes ya han
visitados este lugar no dejan de ir puesto que se convierte en uno de esos
paseos obligados de fines de semana, no porque no haya otra cosa por hacer,
sino por el Paseo de las Artes tiene ese encanto de los lugares que sentimos
como propios, como cuando visitamos un hogar que no es nuestro pero en el que
sentimos tanta confianza y comodidad que vamos una y otra vez.
Así, las calles de
esta parte de la ciudad que queda muy cerca del centro y por la que pasan
colectivos y trolebuses, se llena de personas que generalmente van acompañadas,
familias enteras que salen a distraerse y buscan juguetes didácticos para sus
hijos, títeres de goma espuma o adornos para la casa como portarretratos,
lámparas de pie o de techo, manteles pintados a mano, sillones y sillas.
Se destaca también la
presencia de numerosas casas de decoración de interiores así como de objetos y
muebles usados que son el deleite de los fanáticos de remodelar el hogar que
salen a la caza del mejor objeto que pudieran encontrar como quien busca en un
pajar, esa aguja que hará brillar de elegancia y buen gusto un rincón de la
casa.
Y para completar el
panorama de tiendas y galerías tenemos numerosos cafés y restaurantes que nos
tientan con pasteles, muffins, bizcochuelos y tortas, masas y panes con cafés
especiales, mate cocido y hasta la posibilidad de tomar mate cebado o porqué
no, esperar unas horas más y comer una picadita o una pizza acompañada de una
rica cerveza negra mientras el Paseo sigue estallando de gente y se prenden
poco a poco las luces de la ciudad.
Será cuestión de
esperar al próximo fin de semana para volver a visitar el Paseo de las Artes y
recordar porqué sigue siento uno de los paseos más concurridos y queridos por
los cordobeses y por las personas que llegan hasta estas tierras mediterráneas.